MARTHA LILY HERNANDEZ ROJAS

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Hablar de uno mismo no es fácil, sin embargo, recordar el transcurso de mi vida despierta una sensibilidad inusitada, inesperada y ante mis ojos solo pasan retazos de mi vida como si se tratara de la mejor película de acción - ficción que alguien pudiese desear; pocas veces vuelvo hacia atrás a recoger las migajas de mis recuerdos y tratar de reconstruir con ellas las huellas que me llevan al hoy, a ser maestra, a compartir con otras maestras mi saber, sentir y entender, a desear continuar caminando; pero estoy aquí esperando poder plasmar en palabras lo que he vivido, sentido, pensado y olvidado al construir mi ser como persona y maestra.

Nací en Bogotá y realicé mis estudios de primaria y bachillerato en el Colegio Nuestra Señora de la Paz donde, gracias al acompañamiento, paciencia y amor de mis docentes y padres surgió en mi una gran inclinación por el oficio de educar, pues en mi colegio y en casa a medida que me acercaba a las primeras letras solo sentía alegría, la ternura y sensibilidad de las personas que me acompañaban, cada avance era un triunfo para ellos y para mi, esta entrega y dulzura es lo que me lleva a recordar aquellos instantes de juego, de lectura, de amor por los cuentos, de entrar al mundo de la fantasía y a través de un libro conocer lugares que no imagine.

Terminé mi licenciatura en Básica Primaria en la Universidad Antonio Nariño en la cual encontré excelentes docentes que me transmitieron conocimientos y experiencias de su vida profesional las cuales plasmaron en mi vida, ética y compromiso por la labor docente. En especial el docente de inglés dejo una huella imborrable en mi cuando al presentar la exposición final para la tesis de grado nos dijo “Cuando lleguen al aula recuerden que tienen en sus manos personas que solo merecen lo mejor, que necesitan que cada uno de ustedes reconozcan en ellos sus necesidades y que los motiven constantemente pues ustedes son su ejemplo y si algo no se olvida es un buen maestro”, palabras que han quedado plasmadas en mi mente hasta hoy.

Inicie mi vida laboral como docente en El Colegio El Carmen Teresiano donde me brindaron gran cantidad de herramientas, formación y preparación para ser una acompañante en el proceso educativo de mis estudiantes, fortaleciendo así en mi mente y en mi corazón que el ser maestra no es una profesión más, es el más hermoso de los oficios, pues gran cantidad de estudiantes y familias pasan por nuestras aulas cada día esperando lo mejor de nosotros. Lo más fuerte y formativo de esta primera experiencia fue la credibilidad que ponían en cada uno de los docentes y estudiantes las directivas Hermanas Carmelitas Teresa de San José para apoyarnos en los diferentes procesos, la escuelas y talleres de padres donde ellos participaban activamente de la vida escolar y reconocían de primera mano el modelo pedagógico de la institución lo cual permitía que este no fuera un colegio más sino una familia donde todos éramos participes del proceso educativo.

Hace 8 años trabajo para la Secretaría de Educación de Medellín en la cual he encontrado gran apoyo para mi formación de todos sus funcionarios, de mis rectoras y de la Escuela del Maestro desde el aula taller de lenguaje, el aula taller de matemáticas y el aula taller de tecnología con apoyo de Universidad Pontificia Bolivariana desde las cuales he realizado la ruta Tic y el Diplomado en Tic, de igual forma he contado con la formación de Computadores para Educar, Medellín digital, El Instituto Colombo Americano, El Portal Educativo de Medellín Digital, Colombia Aprende, la Universidad Católica del Norte , La red Tic y Aula 2.0; programas apoyados por la alcaldía de Medellín que me han permitido fortalecer mi vocación, estar actualizada para apoyar a mis estudiantes de manera efectiva a fin de que aprendan desde sus intereses, ser más creativa, entregada y comprometida con mi profesión. 

Trabaje en la Institución Educativa Marina Orth donde tuve la experiencia de conocer a la Señora Marina Orth creadora de la Fundación que se lleva su nombre quien promueve programas de formación en inglés y Tic para las comunidades más necesitadas y afectadas por la violencia en Medellín, a fin de mejorar la calidad de la educación en nuestro país; en esta fundación me desempeñé como secretaría de la Junta Directiva lo cual me permitió enriquecer también mi quehacer pedagógico desde el aula fortaleciendo el programa de inglés y tecnología de la institución.

En este momento me encuentro en comisión desempeñándome como Tutora del Programa “Todos a Aprender” acompañando 2 instituciones educativas, experiencia que me ha permitido alimentar mi trabajo desde las comunidades de aprendizaje y el saber entre pares.

Finalmente puedo decir que siempre he tenido personas a mi lado que han apoyado para seguir adelante y no desfallecer pues el camino no es fácil pero son definitivamente mis estudiantes mis maestros por excelencia, las personas que día a día me enseñan que para ser una buena maestra debo conocerlos a cada uno, debo ser respetuosa, humana, comprensiva, justa y ante todo ser flexible porque en cada persona hay un mundo y en cada mundo un universo inconmensurable.

Nada más gratificante que ayudar a la construcción de un país mejor, pues ser docente es más que un trabajo, es la oportunidad de servir, de sentirse útil, de dar, de ayudar a otros y eso le devuelve una sensación de valía a nuestras propias vidas, una visión de propósito que renueva la fe y las ganas de vivir, aportando en la educación de una generación de seres humanos más sólidos y comprometidos, sé que la huella que dejare en el mundo está en la mente de mis estudiantes y en lo que ellos harán en su paso por la sociedad.